Las relaciones de pareja son en muchas ocasiones complicadas. En consulta, los psicólogos solemos encontrarnos con casos de parejas que discuten día sí, día no y hasta el punto de llegar casi a las manos. Esto genera en ambos miembros de la pareja cotas elevadas de estrés y malestar.
Las relaciones de pareja tóxicas son aquellas en las que, al menos, uno de los integrantes de la pareja tiene comportamientos y actitudes destructivas e insanas que pueden llegar a suponer una situación de vulnerabilidad psicológica y emocional para el otro miembro de la pareja.
No todas las relaciones tóxicas tienen el mismo grado de toxicidad, así que hay casos más severos que otros. Además, ciertas situaciones y circunstancias pueden facilitar y acentuar el surgimiento de estos "conflictos" entre los integrantes de la pareja.
Identificando las relaciones tóxicas
¿Cómo se puede determinar si una relación es tóxica, o no?
A continuación, encontrarás una serie de señales de alarma y situaciones que podrían ser indicadores de estar manteniendo una relación de pareja tóxica.
1. Celos y actitudes de control:
Le molesta que pases tiempo con tus amigos, familiares o cualquier otra persona que no se él o ella.
Investiga o controla tu actividad en tus redes sociales y tu teléfono móvil.
Pregunta constantemente por tus horarios y te planifica la vida sin pedirte opinión.
Si te hace un favor, exige que se lo compenses inmediatamente.
Te menosprecia y te da a entender que sin él/ella no serías nadie ni podrías seguir adelante.
En reuniones familiares o con amigos, evitas emitir tu opinión sobre algo por miedo a que vuelva a reprenderte o a cuestionarte.
Es habitual que use el chantaje emocional contigo: si no haces lo que él/ella quiere, se enfada.
Notas que cada vez que pasas tiempo con alguien del sexo opuesto, tu pareja se molesta en exceso y se pone celoso, obligándote a no ver más a esa persona.
Te trata como si fuera tu padre/madre.
2. Actitudes de falta de respeto y conflicto:
Se mete con tu forma de vestir, actuar, pensar o hablar y te exige que cambies lo que no le gusta o le molesta de ti.
Hace lo posible por restarle importancia a tus méritos, logros y virtudes.
Le quita importancia a los problemas que le expresas, minimizándolos.
Cuando se produce una discusión, tienes que ceder tú siempre porque, en caso contrario, temes que se enfade mucho contigo.
Te culpabiliza de los problemas que tiene en su vida o con otras personas ajenas a la relación.
Siempre está recordándote los fallos y errores que cometiste en el pasado.
Evitas explicarle los problemas o hablar sobre ciertos temas con él/ella porque sabes que se lo tomará mal.
Se dirige a ti con exigencias y malas maneras muy frecuentemente.
Toma decisiones que afectan a ambos sin pedir tu opinión o, incluso, sin informarte.
3. Actitudes tóxicas en el ámbito sexual:
Notas que mantienes relaciones sexuales con él/ella a pesar de que no tienes muchas ganas, sólo por complacer sus deseos o para evitar que se enfade.
Te chantajea o exige que realicéis prácticas sexuales que no te gustan.
Te compara con otras parejas sexuales de su pasado.
Cuándo poner fin a una relación tóxica
Si, además de advertir ciertas señales de alarma o indicadores de una posible relación tóxica, vives cualquiera de estas situaciones en tu relación de pareja, lo más aconsejable es poner fin a la relación lo antes posible:
Infidelidades continuas y/o relaciones paralelas de tu pareja, conocidas y aceptadas por ti por el miedo al abandono.
Malos tratos físicos y/o psicológicos recurrentes, haya o no arrepentimiento por parte de tu pareja.
Piensas que tienes pareja pero, en realidad, no lo sientes así porque no hay relación. En estas situaciones, puede que, al mismo tiempo, tengas contacto con otras personas que no te interesan realmente pero que te distraen aliviando tu sentimiento de soledad. Si es así, la relación con la “pareja” hay que romperla de forma definitiva.
Tienes una relación que no es satisfactoria para ti y en la que tu pareja no rompe el contacto por cualquier tipo de interés, pero te conformas por no perderla.
Conflictos continuos y enfrentamientos constantes entre tu pareja y tú. Aquí sería interesante preguntarse por qué a pesar de los enfrentamientos constantes se continua con la relación. ¿Es amor o es dependencia emocional o necesidad afectiva?
Mal ambiente instaurado de forma crónica y permanente.
Ausencia de sentimientos en la relación que no se rompe por miedo a la ruptura.
Relaciones tóxicas, dependencia emocional y problemas de autoestima
Es posible que detrás de una relación tóxica lo que haya, en realidad, no sea amor. Es muy posible que exista un alto grado de dependencia emocional por parte de los dos miembros de la pareja y que sea eso lo que les esté manteniendo unidos. También, es más que probable que ambos tengan una autoestima baja y que se esté manifestando de diferentes maneras.
Sea como sea, si vives cualquiera de estas situaciones y no rompes con la relación, te expones a seguir viviendo una vida infeliz, desgastándote emocional, mental e incluso físicamente. Además, si se aguantan este tipo de situaciones, es muy posible que existan problemas de autoestima que necesariamente deberán ser tratados o trabajados para conseguir ser feliz de una vez por todas.
Si te encuentras en una situación como ésta y, aun así, decides continuar en esa relación desequilibrada y tóxica que te está mermando, hay cosas que deberían cambiar y que no se deberían permitir.
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